Naya Rivera / El Diario

Mia Valentina es la más pequeña de los solistas del Coro Esperanza Azteca Revolución UACJ en presentarse ante un extenso público.


Con tan nueve años de edad, Mia Valentina desmuestra tener un gran talento en el dominio de su voz que se distingue por su alta proyección al cantar. Su talento se ha potencializado con la orientacion y compromiso que brinda la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca desde sus 6 años de edad.

Mia es una niña disciplinada, inteligente y dedicada que desde los 8 meses, como menciona su madre Alba Loya, le seguía el ritmo a las canciones infantiles.

En una entrevista para El Diario de Juárez con Guillermo Flores, docente y director coral del coro habla de cómo es trabajar con niños tan talentosos.

“Para hacerte honesto estos niños son tan profesionales que ellos mismos se encargan de su propia preparación. Mia ya venia armada desde el cielo para hacer música”.

Su debut como solista, con tan corta edad, fue en el concierto ‘Broadway Sinfónico’ el pasado 18 de junio en compañía de la Orquesta Sinfonica y Coro Esperanza Azteca Revolucion UACJ.

Al son de ‘Colores en el viento’ de la película musical ‘Pocahontas’ Mia fue la más pequeña de los solistas y de la historia de la organización en presentarse ante un extenso público.

“Me sentí muy nerviosa y feliz al mismo tiempo porque me presente ante un público grande no se como explicarlo pero siento muchas emociones al cantar”, dijo Mia en una entrevista para El Diario.

Con un registro vocal sorpano y la habilidad de saber tocar el piano, la pequeña artista demuestró que con la interpretación de una canción puede hacer vibrar al público de una manera inimaginable.

“Uno mismo no deja de maravillarse con lo que pueden hacer sus hijos…estamos contentos de todo lo que ha logrado” dijo Alba Loya, su mamá.

Mia es la única integrante de su familia que posee el talento de tener una hermosa voz que con gusto aplauden sus papás.

“Mi mayor sueño es ser una cantante que toque el piano”, dijo Mia.

Aseguró también que sus principales valores y, por los cuales sigue dando lo mejor de sí, es a través de la valentía, constancia y disciplina.

Entre las canciones que más disfruta interpretar es ‘Bésame mucho, ‘O Sole Mio’ y su favorita ‘México es todo’ de Juan Gabriel.

Aunque su mamá asegura que es una niña muy diversa en géneros musicales, pues escucha las canciones que disfruta su abuela hasta las modernas.

Destacó la oportunidad que está teniendo Mia en explotar más su don, la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca invita a todos aquellos niños que quieran aprender a manipular un instrumento o desarrollar su proyección vocal.

“El estudio de una disciplina artística trae beneficios físicos, mentales y emocionales”, dijo el maestro Guillermo.

La pequeña cantante resaltó que se siente muy contenta de estar dentro de una orquesta que la ha visto crecer
y que le ha dado las herramientas necesarias para transmitir su pasión y emoción a través de la música.

La orquesta estaba compuesta por más de cincuenta músicos vestidos con esmoquin y vestido de noche. El director de orquesta, el Ingeniero Martín Domínguez, subió al escenario y saludó al público antes de comenzar el concierto.

El primer movimiento de la obra era una sinfonía de Beethoven, conocida por su energía y poder. Los violines comenzaron a tocar suavemente antes de que la orquesta entera se sumara al ritmo cada vez más rápido. Los músicos se movían con gracia y precisión, cada uno acompañando al otro con habilidad.

En el segundo movimiento, un solista de violoncelo interpretó una pieza emotiva, con el acompañamiento de la orquesta. El solista, una mujer joven con un vestido rojo, tocaba con tanta pasión que algunos espectadores lloraron al escuchar su interpretación.

El tercer movimiento fue una pieza alegre y animada, que hizo que el público se levantara de sus asientos para bailar. El director de orquesta, que había estado dirigiendo con energía, se unió a la celebración, moviendo su batuta al ritmo de la música.

El concierto finalizó con una ovación del público, y los músicos salieron al escenario varias veces para saludar y tomar una última reverencia. Fue una noche inolvidable de gran música en vivo, con una orquesta en plena sintonía.